jueves, 26 de agosto de 2010

Algunos apuntes sobre la relación Bataille y Lacan.

Algunos apuntes sobre la relación Bataille y Lacan.


.de Las Nenas De Lacan, el El Martes, 12 de enero de 2010 a las 15:16.Conflicto de filiaciones

Lacan tuvo cuatro hijos. Caroline (1936), Thibaut (1938) y Sibylle (1940) con Marie-Louise Malou Blondin; y Judith (1941), con Sylvia Maklés. En 1940, dos mujeres, simultáneamente, quedaron embarazadas de Lacan. Sibylle ?la hija de Lacan con Malou Blondin? nació pocos meses antes que Judith Sophie, la hija de Lacan con Sylvia que fue registrada en la alcaldía de Antibes el 3 de julio de 1941 bajo el nombre de Judith Bataille, pues su madre aún estaba casada con Georges Bataille.


Judith, impedida de usar el Lacan (la ley francesa prohíbe reconocer a un hijo nacido de otra mujer) llevó, así, el nombre de un padre que no era el suyo. El apellido judío de la madre, Maklés, hubiera sido un trastorno durante el antisemitismo militante.



Lacan mantuvo separadas a sus dos familias de manera tal que Caroline, Thibaut y Sibylle ignoraron durante muchos años la existencia de Judith, su media hermana. A pesar de usar su apellido, ni Caroline ni Sibylle fueron sus preferidas sino Judith. Era con ésta con quien Lacan convivía y revivía ante los ojos de quien quisiera verlo, un idilio intenso y, tal vez edípico, explica el investigador Juan Carlos Volnovich



En 1953, cuando Lacan se casó con Sylvia, inició un lío legal y un conflicto de filiaciones. Sylvia se cambió el apellido Bataille y pasó a ser Sylvia Lacan. Judith, que conservó su nombre Judith Bataille y se convirtió en la hijastra de quién en realidad era su padre y pasó a ser media hermana de la nueva hija de Bataille, Julie, a quien no la unía ningún lazo de sangre.



Cuenta Elizabeth Roudinesco que Lacan tenía verdadera adoración por Judith y que sufría por no haberle dado su apellido. Le consagró, sí, un amor exclusivo mientras, embelesado, la miraba crecer. Desde muy pequeña, Lacan la integró al núcleo de intelectuales que lo frecuentaban y la incorporó al círculo de sus discípulos. Judith, por su parte, correspondió arrobada a ese amor. ''Vivía encandilada por ese dios de una generosidad sin fisuras hacia ella, rindiéndole culto al héroe que valientemente triunfaba sobre sus adversarios, siempre expuesto a ser traicionado por sus alumnos", dice Volnovich.



En 1962, después de la muerte de Georges Bataille, Lacan gestionó ante la justicia el cambio de apellido de Judith. Y lo consiguió ?Judith Bataille pasó a ser Judith Lacan? el mismo día en que pronunció su discurso sobre ''La excomunión''. Es decir, el día que renunció a la Asociación Internacional de Psicoanálisis con su alocución conocida como el último seminario ''Los nombres del padre''. Lacan pudo ponerle su apellido a su hija y fundar la Escuela Freudiana de París. Mientras aquél dictaba su seminario, Judith conoció entre el público a un joven de 19 años: Jacques Alain Miller. En 1980 Lacan nombró a Judith en su testamento como heredera universal de toda su obra, restringiendo los derechos de sus otros descendientes. Su yerno Miller fue designado albacea con plena libertad sobre la edición de los textos de Lacan y control jurídico, financiero y teórico sobre el patrimonio de uno de los pensadores más importantes del siglo XX.


Fuente: http://paboni.obolog.com/apuntes-relacion-bataille-lacan-214023

PD: Voy a terminar pensando que sólo pasan cosas interesante en psicoanalisis si hay un padre ilegítimo de por medio.

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